
Qué primavera y qué verano este año !. El bicho que ha llevado de cabeza al mundo entero y ha sido especialmente severo para el sector turístico de nuestro país. Para los clientes y para las empresas. El desconocimiento del alcance de la pandemia ha significado una situación nueva donde ni expertos ni gobiernos sabían cómo resolver las situaciones, cambiantes en cada momento y en cada territorio. Pronto quedó claro que el problema era grave y que la solución sería a largo plazo.
Los ciudadanos y las empresas turísticas nos fuimos adaptando a las medidas gubernamentales, de un día a otro y no había duda de algunas consecuencias: los viajes se reducirían drásticamente y el territorio de proximidad era una buena alternativa. Conviviríamos básicamente con ciudadanos del país. Se deberían respetar las medidas de precaución: higiene, espacios naturales, protección personal con mascarillas y distancias, equipamientos preparados y con aforos reducidos. Y sobre todo, la corresponsabilidad de compartir un problema invisible del que podíamos quedar afectados y quizás, transmisores involuntarios
Ciertamente, en primavera el Camping Natura, como en el resto del sector, nos cayó el cielo encima. Las perspectivas de poder ofrecer nuestros servicios a los clientes habituales y los de vacaciones de semana santa, puentes y verano, todo se tambaleaba. Al igual que los clientes, queríamos la máxima seguridad y las disposiciones del BOE, el DOG, las circulares de las asociaciones, todo era tan confuso como improvisado. Nos adaptamos a una carrera de medidas rápidas y con mucho sentido común.
En estas circunstancias, debemos destacar el esfuerzo e ingenio del personal y la comprensión y colaboración de la gran mayoría de los clientes. Podemos felicitarnos de haber superado una prueba tan imprevista, pesada y larga en la que el mérito es haber podido compaginar la seguridad con el disfrute de los servicios que ofrece el Camping y su entorno.

Sin embargo el Camping daba gusto !. Las sombras, el césped, los jardines estallaban de naturaleza. En las medidas higiénicas y de protección, de distancias y las de relación con los clientes, se pusieron todos los esfuerzos del personal, aspecto que no es siempre fácil de gestionar.
Termina el verano y vamos hacia el otoño. Es la temporada más especial para este territorio. Vuelve la «normalidad» en el funcionamiento del Camping. Esto invita a disfrutar de la serenidad y la intimidad que ofrece ahora nuestro territorio, con los bosques cambiando los verdes por los ocres, caminando sobre las hojas caídas de los árboles, paseando por los rincones del pueblo o de” la Fageda” y al atardecer, cerca la estufa o preparando una “castañada” en las barbacoas.

Disfrutar de los pequeños, delicados, auténticos y naturales detalles. Valorar aún mas, como somos afortunados si la salud acompaña en la estancia en el Camping, donde estaremos encantados de acogeros.
danielt
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